domingo, 15 de diciembre de 2013

  Estoy loca, es evidente, pero ¿y qué? Sin ser más guía que de mi errática embarcación, ofuscada por el clamor de la marea, me veo constantemente reflejada en distintas partes de la superficie del agua, sin dar alcance jamás a figura alguna. 

  A pesar de ello, desafío vuestros implacables juicios proclamándome la más lúcida de entre todos los locos, pues permaneceré diligente en la obstinación de socavar las más profundas galerías de mi locura con la poderosa luz de la conciencia y del razonamiento lícito. Este y no otro es mi propósito, y al mismo tiempo, mi fatalidad. Tocar fondo, descender a los abismos sumergidos bajo la apariencia del ser. 

  Y aun comprometida con tan excelso designio, me creo poca cosa, sí, ni en mayor ni en menor medida, como también lo creo del mundo, de todos los demás, de la ilícita historia de los pueblos; sus alucinaciones y misticismos, de los gobiernos y las religiones, de las ciencias, de la plata y del oro, de las pasiones humanas, del sistemático ajetreo de los días. Y sin embargo, veo grandeza en todo ello; es cierto, como también la veo en mi vejado corazón. Veo poesía en todas partes, y al mismo tiempo, no puedo eludir preguntarme: ¿Por qué? pues, ¿qué significa esta belleza aún en lo despreciable, tanta grandeza hasta en lo más futíl? 

  El sol se pone hoy, de nuevo, y honestamente, no traerá mañana novedad alguna. Tanta ilusión, ¿para qué, entonces? ¿A qué tantas idílicas mentiras sobre lo que realmente somos, polvo de estrellas, el cuento que cuenta un cuento; en esencia, nada? La respuesta a tan desconcertante pregunta nos conduce, por otro lado, a un mayor desconcierto: esperanza, en poder reconciliarnos con la vida, de algún modo; en otras palabras: el amor. Sufrir por amor y amar incluso al sufrimiento, en todas sus formas, pues el amor y el dolor son dos términos, que a pesar de ser opuestos (o necesariamente por ello) constituyen la tragedia de la vida, y los únicos por los que merece la pena vivirla. 

  «Fe». ¿Existe, acaso, una cualidad que defina mejor el verdadero amor? Mas, ¿por su culpa no sufrimos en ocasiones inefables tormentos? 

  Supongamos que la vida se ha de afrontar con una intensidad tan vehemente que, para ello, debemos entregarnos -sin reservas- a todas sus contradicciones, lo que supone a su vez un gran sufrimiento que ha de aceptarse sin lugar a dudas, pero no por cobardía o por pereza, sino por una despiadada e inexorable sobreexcitación. Los humanos somos seres apasionados, amantes de lo infinito: lo queremos todo, lo visible y lo incorpóreo, lo doloroso y lo placentero, la tierra y el aire, lo grandioso y lo insignificante, lo razonable y lo insensato. Queremos vivir mil vidas en un sólo hombre; multiplicarnos, desbordarnos, delirar ebrios de vida y ser conscientes del delirio, y propugnarlo, dando cuenta a los demás sobre la magnificencia de la existencia, completa de asombros, colores y melodías. 

  Es a tal empresa a la que no sólo aspiro, sino a la que me encuentro apodíctica. No es un mero capricho mi empeño de ser quien pretendo, sino la necesidad y el deseo de hacer coincidir mi voluntad -en el mayor y mejor grado posible- con mi trágico destino. 

domingo, 21 de julio de 2013


There’s no knowing where we’re rowing




or which way the river’s flowing.



Is it raining, is it snowing
Is a hurricane a-blowing




Not a speck of light is showing,
so the danger must be growing.
Are the fires of Hell a-glowing?
Is the grisly reaper mowing?




Yes, the danger must be growing
for the rowers keep on rowing,
and they’re certainly not showing
any signs that they are slowing.

lunes, 24 de junio de 2013


Click me
¿Y qué importa cuanto piense, realmente,
si cuando escribo, las palabras escapan a su antojo de mis manos
o en una aletargada disonancia con mi voz, cuando las digo?

Desde este lado son la caída en picado,
la constante decadencia de lo vivo,
y cuanto pienso,
si sale como loco de estas manos,
si de esta boca huye sin testigos,
brilla efímero... y luego perece.

sábado, 22 de junio de 2013

Etcétera

Una palabra.
Una mueca.
Un escalofrío quebrando el silencio tras los puntos suspensivos;
temblor capaz de cambiar el mundo, capaz de asolarlo y remendarlo tan sólo un segundo después.
Pero, realmente, nada es real y, esto, no es más que el requiem de un título que procura disimular su fracaso.

martes, 4 de junio de 2013

donde el calor es frío mármol

Oscuridad, mi vieja amiga, he venido a hablar contigo otra vez.

Alguien ha traspasado la esponjosa niebla del espacio. Lentamente se ha ido deslizando sobre la diafanidad de la noche, transcribiendo entre números La escritura del mundo. Hoy. Esta noche. Hace apenas un instante, aquí, en el retorno de la severidad de la naturaleza; de una forma menos literal pero más efectiva, lugar donde todo se torna esa forma de mirar tan vaga y enajenada que se deshace desaprendida, abrasando y al mismo tiempo inmóvil: coro de sus letras. Al último segundo de vida; la síntesis del propio caos. Bóveda de la espera. Alguien ha llegado, con su soledad de piano, a un mundo sordo. Un diálogo yacente, ya occiso, se calca sobre una tumba, o en algún muro.

(No sabría decir cuántas realidades o penumbras ha estado pintando como remiendos a ese algo que no existe desde entonces..),

Mientras, en diafonía permanezco silente, espectante ante las formas en las que retorna el gemido del corazón cuando flaquea entre un papel y unos dedos inmóviles, perplejos ante esta comitiva de renglones torcidos sobre airados ríos de tinta pues, imperioso es el esfuerzo que destina el cuerpo al dominio que ejerce sobre él la empresa del alma; inefable, y voraz si permanece. Y así fenece, en ese suspiro y tan de repente; como la definición de una sombra: un susurro, deformado y comprimido, aire sin destino.

Luego, se descubre tras la bruma alguien que escapa y desaparece. Sin haber estado; se aleja. Inapelablemente. Solícitamente. Y algo sigue a ese todo que no es para impregnarme de lo absurdo y terminar el día con la piel abierta -sin que alguien me espere- en esta nada.


domingo, 2 de junio de 2013

Llegó oscilando al galope de los gatos, y sobre las fachadas dejó caer la sangre de su parto; la vesanía de su acometida argumentaría cualquier catástrofe. Temblaba en su fonética acústica, y el paso adormecido aún de las nubes alejaba sus ecos hacia el horizonte, pero nunca el silencio.

Mi cuerpo perecía. Transformado en una sistemática composición de cobre, se oxidaba por su febril cesión sobre la columna vertebral del sueño, lejos del mundo y su mecánico balanceo, y cuando apenas ya dolía, comenzaron a arder, raídos, los eminentes rayos anaranjados. Ya limpios los suelos de ruído y de furia, se oyó burlarse al gallo y todos renunciaron a su ceguera.

Por eso nadie escuchó la bala.

miércoles, 22 de mayo de 2013

The man with spider eyebrows
 is standing on a corner:
"Who wants to see a show?"
 His head looks like a melon,
 he turns into an alley
 then stops to blow his nose.
 Sky is filled with neon,
 the buildings stand electric
 and almost seem to glow.
 Want answers to the question:
 my life is like an island,
 where does the ocean go?

viernes, 17 de mayo de 2013



Hana ga saita yo
hidoku kaze ni obieta.
Daremo mita koto nai
hana ga saiteita yo.

Sore wa aru hazu mo nai 
to omottetara shitara,
sou shitara 
hanaga aru da yo.

Daremo mita koto nai,
neiro hazu mo nai.
Saku hazu mo nai
hana ga saiteta shi,

soko ni yahari
soko nite
shikari soko ni soko
ni aru da yo.

*

La flor ha retoñado
alejada, temerosa del viento.
Nadie antes la había visto
y ha florecido.

No debería haber flor,
alguien la convenció de que así era,
pero se equivocaron
y ahí está.

Nadie antes la había visto,
debía ser difícil de oír;
una flor ha retoñado
y no ha debido

y ahí está, sí, ahí está.
Aquí está.

viernes, 10 de mayo de 2013


Entonces, la atmósfera se hizo objeto, emulando un corazón de madera, y justo antes de la coagulación de la sangre, alcanzó la vena, rumbo a la arteria principal, vagando por cavidades aún por cartografiar.

Por un momento se alzó una ciudad. Con ella, la posibilidad de habitar sus ruídos, sus incendios.

El cuerpo -la víctima- se convertía en el ecosistema de una pulgada que concentraba, a través del silencio, toda huída con perfecta armonía, y durante los últimos minutos de ese pausado, aunque enloquecido tráfico hacia el utópico brote de un beso, sonreía.


viernes, 15 de marzo de 2013

Cólera parda


No es el mar tu elemento. No es la muerte. Eres tú.

Desde las tripas de un poema: extinguidos ellos, los amantes. Un tipo de pacto bajo la piel erizada, atenta, en contra del tráfico hormonal. Un ejército de mariposas que defienden el ventrílocuo (derecho/izquierdo) del atraco, del atentado llamado latido. De la abrumadora explosión de la literatura hispanoamericana. De las transfusiones sanguíneas; veo la tuya correr. Agua clara. Del amor como inmolación sintáctica. De leer entre líneas tus manos en mi camisa, desabrochándola, o entre paréntesis.

La fuerza de atracción que sufren los cuerpos, a veces, es una bonita manera de representar el fin y, al mismo tiempo, el principio esencial de su nada orgánica. O algo. Como una arquitectura proyectada en picado. Sobre débiles líneas su impúdica naturaleza, su exígua materia. Se chocan dos cuerpos -dice el poeta- y el sol baila alrededor de ellos. Pero, al acariciar mis costillas, olvidan. Al hundir su cara entre mis piernas, olvidan. Como se olvidan los sabores de una almohada que nos vio enfermos. Un cuerpo es lo que es un cuerpo. Aunque la piel supure, a lo lejos. Se oxida la lengua en la conducta del olvido. Una especie de política de exterior con acuerdos y compromisos circundando el cuello. Apretando las manos. Aprovechando la carne disecada o las vísceras entecas. Palabras contra el desierto. Y notarán cómo se les seca la garganta. Y la boca. Y justo en medio, el desierto corregirá la sed. Aun mi palabra en contra. Aun el desierto alojado en sus corazones. Aun explicándose en nada.

jueves, 14 de marzo de 2013

lunes, 25 de febrero de 2013

100% de sincronía, o tal vez, 100% de simpatía

es una forma de verlo; dos seres viviendo vidas separadas,
cuyos cerebros se rigen por procesos de pensamiento de tal similitud
que podrían confundirse en una sola persona

pensamientos que se entrelazan en alocución
transmitidos como ondas de rádio
- longitudinalmente semejantes-

tan acostumbrados a la compañía del otro
han forjado una especie de comunicación telepática;
nostalgia o excitación,
todo es lo mismo

y así, en su confusión mutua
donde no hay la más mínima claridad,
en realidad, la claridad no es sino mayor,

¿no es eso lo irónico?

martes, 19 de febrero de 2013

oh disculpa, pero te odio

El cielo lloraba y se retorcía entre llamas.

Tú me convenciste para salir a pasear
y yo te llevé bien lejos, 
-¿has pasado ya la Luna?-
con una impecable patada...

ahora no pongas esa cara;
al menos en el espacio
no queda oxígeno
para seguir
ardiendo.


jueves, 7 de febrero de 2013

Indómito e inaudito; ¡maldito cien veces sea este latido impávido que fustiga, fiero y ágil con su látigo, el mortecino silencio que me adormece...!


Sonido éxodo aunque atrás dejé mi génesis / en la cabina vida entera entre paréntesis / cada noche un despertar y cada noche apoteosis / menos morir el resto es énfasis.